Hacer el Camino de Santiago a caballo es cada vez más frecuente, según datos oficiales. Sin embargo, no todo el mundo puede embarcarse en esta aventura, ya que es importante contar con preparación previa y tener experiencia cabalgando.
Cómo organizar el Camino de Santiago a caballo
La planificación para hacer el Camino a caballo es algo más complicada que en caso de hacerlo a pie. Hay que programar las etapas según los kilómetros que el animal pueda recorrer y buscar alojamientos que cuenten con caballerizas, algo que no es demasiado común. Los existentes están algo apartados del camino, así que algunos peregrinos optan por utilizar un vehículo de apoyo.
Es indispensable que el animal no sea asustadizo y conozca al jinete. Además, si no estás acostumbrado a cabalgar, podrías sufrir molestias por rozaduras, así que deberías utilizar ropa que las evite.
Al circular por carretera hay que hacerlo siempre pegado al arcén y en fila india para no entorpecer el paso de vehículos. Además, es importante señalizar al caballo y portar un chaleco reflectante por seguridad.
Es recomendable realizar varias paradas para que el caballo coma y beba, así como para relajar y estirar la musculatura.
¿Qué necesito para hacer el camino a caballo?
Un buen peregrino debe anticiparse a todas las posibilidades que puede encontrarse durante el trayecto. Estas son diferentes en función de la época escogida para realizar la peregrinación.
Material para el peregrino
- Chaleco reflectante.
- Chubasquero.
- Casco.
- Guantes y fusta.
- Polainas.
Material para el caballo
- Silla de montar y manta transpirable.
- Cubo para dar de beber al caballo.
- Estribos y bocados.
- Cinchas.
- Productos y accesorios de limpieza e higiene.
- Vendas, protectores y alquitranes para los cascos.
- Riendas.
Hacer el Camino de Santiago a caballo es un reto y a la vez una experiencia única. Prepárate bien para ello, con entrenamiento, planificación y material adecuado, y todo saldrá perfecto.