Burgos - Hornillos del Camino

Burgos

Recorrer el casco antiguo, ver su inmensa catedral y sus muchos edificios pertenecientes a diversas épocas, así como alguno de sus muchos museos es un alto en el camino obligado para todos los peregrinos. Debido a su gran interés turístico, mucha gente suele tomar esta ciudad como inicio del camino y aprovechar el inicio para recorrer su mucha cultura y tradición. En Burgos dispondremos de varios albergues muy bien cuidados, cada uno en diferentes zonas de la ciudad, por lo que tendremos que organizarnos bien si queremos ver algo al día siguiente y salir con tiempo. Hay que llevar cuidado ya que al no estar acostumbrado a las grandes ciudades el callejear por ellas nos puede quitar bastante tiempo. Saldremos de la ciudad con rumbo a Hornillos del Camino, es una etapa bastante más corta y prácticamente plana en cuanto a altura, aunque tiene un posible hándicap si la realizamos en verano, ya que no hay en casi todo el trayecto un tramo donde resguardarse del sol. En esta etapa recomendamos madrugar para minimizar al máximo su efecto y evitarse las horas de más calor.

Hornillos del Camino

Hornillos del Camino es una de esas poblaciones adaptadas plenamente a los peregrinos, donde además fue una de las primeras en empezar la tradición de los albergues de donativo, en los cuales los vecinos acogen en sus casas a los viajantes y le ofrecen comida o cena para hacerles su trayecto más llevadero. Es una población sumamente pequeña llena de casas y edificios de piedra conservados desde la antigüedad y prácticamente no manipulados desde entonces. Es un punto de confluencia de peregrinos, por lo que si realizamos el camino en fechas concurridas veremos mucha más vida en este paraje con mucho encanto. Hay gente que alarga el trayecto hasta Hontanás, pero habiendo varios albergues en esta población y siendo tan larga la distancia es muchas veces recomendable el quedarse aquí, si bien eso va en el gusto de cada uno.

Itinerario

Atravesaremos Burgos pasando en un último vistazo por su Catedral, y avanzaremos hasta el arco de San Martín para atravesar unas cuantas calles más y plantarnos junto al Arlanzón. Este río nos llevará junto a la N-120 y después tomaremos el desvío de “Los Guindales”, un vivero forestal concurrido. Tras este vivero termina la ciudad de Burgos, y a partir de entonces nos espera un trayecto de mucho sol y aire libre llegando hasta el arroyo del Molinar. De aquí tomaremos el desvío que va al viaducto del Arlanzón, para poco después cruzarlo siguiendo las indicaciones y avanzar por una senda junto a la carretera que nos llevará a Tardajos. Tardajos, un pueblo de ascendencia romana que unía por su vía varias poblaciones de la época, nos recibirá con sus empedradas calles que superaremos para llegar hasta el río Urbel. Junto al camino que hay cerca de él avanzaremos hasta Rabé de las Calzadas, situado a tan solo unos dos kilómetros. Este es otro pueblo en el que tendremos que saciar el hambre (o aprovisionarnos correctamente) y satisfacer todas las necesidades posibles en su albergue o bar ya que hasta dentro de 8 kilómetros no llegaremos hasta nuestro destino, Hornillos del Camino. Ni un centímetro de sombra nos acompañará, por lo que como hemos dicho es mejor hacer este trayecto antes de mediodía si es en verano ya que podremos pasar mucho calor y eso nos perjudicará con un desgaste extra. Todo el camino transcurrirá en largas rectas que o bien tendrán un suave ascenso o serán totalmente planas. Pasaremos a mitad de esta parte de la etapa la cuesta Matamulos, donde tendremos que llevar cuidado con sus muchas piedras ya que se realiza en descenso y puede jugarnos una mala pasada si no prestamos atención. Después cruzaremos una carretera y pasaremos por el cauce del río Hormazuela, juusto antes de llegar a Hornillos del Camino tras 20 kilómetros de etapa. Aquí tendremos dos albergues de gran tradición jacobea, además de los ya mencionados vecinos que ofrecen sus casas para que nos podamos quedar en ella con una gran compañía.