Zubiri - Pamplona

Tras pasar la noche en Zubiri tendremos que retroceder un kilómetro y dirigirnos hacia Ilarratz, para lo que tendremos que haber subido y bajado unas pendientes considerables. De ahí pasaremos a Eskirotz y de este pueblo a Larrasoaña, una parada muy recomendable donde encontrar múltiples ermitas e iglesias del siglo XII, junto a muchas huellas de tradición peregrina debido a su amplísima historia como población Jacobea. No obstante para llegar a esta localidad tendremos que separarnos un poco del itinerario, ya que este se queda a la orilla del río Arga. De este pueblo pasaremos por Akerreta y su Iglesia de la Transfiguración, para después llegar al cauce del río Arga en un paraje de un gran encanto donde veremos el río en su mayor esplendor durante todo el tiempo que nos acompañará. En Zuriain encontraremos un albergue recientemente inaugurado y un bar, para después volver a la tantas veces concurrida N-135. En llegar al desvío de Ilurdotz tendremos que pasar el río y entrar en Irotz, en lo que sería el meridiano de la etapa. En Irotz tendremos dos opciones para completar nuestra senda hacia Pamplona: O bien elegir el paseo fluvial atravesando Huarte o bien podemos seguir por el camino histórico, una opción más corta aunque con más desnivel que la primera En cualquier caso, tendremos que despedirnos ya del valle de Estéribar. Para nosotros la mejor opción es la segunda, ya que podremos disfrutar de parajes verdaderamente carismáticos como Burlada. Antes que eso deberemos atravesar Villava por su Calle Mayor, donde podremos dormir si lo necesitamos en su albergue. Al salir tendremos que cruzar la carretera y pasar varias rotondas hasta encontrarnos con Burlada. Tendremos que atravesar la población siguiendo las señalizaciones sin perdernos para después tomar el camino de Burlada, el que conduce hasta Pamplona. En apenas varios kilómetros habremos atravesado este camino, con el albergue Casa Paderborn disponible por si se quiere hacer noche antes de llegar a Pamplona. Una vez allí podremos disfruar de la primera ciudad del Camino, la cual tiene una gran tradición jacobea y podemos encontrar lugares tan emblemáticos para el peregrino como el albergue Jesún y María. Perderse por las calles del casco Viejo y descubrir las muchas reliquias del pasado que alberga la ciudad debe ser una parada obligatoria para todo peregrino. Además, después de tres días de intensa actividad física en entornos rurales, el contraste con la ciudad nos impactará y nos vendrá realmente bien en muchos aspectos. En definitiva, hay que aprovechar para coger energía en Pamplona ya que la próxima etapa volverá a tener momentos duros y será más larga que las dos anteriores.