O Cebreiro - Samos

O Cebreiro

Nada más gratificante después de llegar a O Cebreiro (tras descansar debidamente) que echar la vista al horizonte y admirar el gran paisaje, siendo consciente de la gran subida que se ha realizado con el esfuerzo y la superación que conlleva. Podremos pasar el día en el poblado embelesándonos con su templo prerrománico o caminando entre las pallozas que ofrecen prácticamente de todo, desde bares hasta hospederías y tiendas de souvenirs, en lo que se ha convertido en uno de los puntos álgidos del Camino. La niebla y el viento le dan un cariz especial a todo el paisaje, dominado por las grandes montañas y el verde intenso, muy diferente ya a la meseta recorrida anteriormente, hace tan solo unos días. En esta etapa nos tocará enfrentarnos a una jornada más corta pero algo activa sin ser demasiado exigente, ya que hay que recuperarse y reponer fuerzas para las próximas etapas que volverán a ser realmente duras.

Samos

Samos es una localidad con todos los servicios, pero que destaca sobre todo por tener una de las abadías más antiguas y mejor conservadas de la actualidad en España. Datada del siglo VI, en el Monasterio de San Julián de Samos encontraremos, en un entorno único, la iglesia abacial barroca construida en el siglo XVIII, con varios retablos de espectacular belleza y gran valor histórico. Dispone de dos Claustros, el grande y el pequeño, del siglo XVII y XVI respectivamente, los cuales destacan por su clasicismo arquitectónico y por su estilo gótico tardío. Los Claustros disponen de unos bellos jardines a las afueras, siempre perfectamente cuidados. Por último, La Capilla del Ciprés es un contraste en todo el conjunto por su estilo mozárabe del siglo IX, que aporta na gran belleza. En esta localidad podremos descansar, disfrutar de sus parajes y de los productos típicos de la región, los cuales la hacen también muy atractiva para el turismo gastronómico.

Itinerario

Nos espera un trayecto de casi treinta kilómetros, rodeados de unos paisajes únicos, llenos de belleza que si se admiran sin niebla hacer merecer cualquier esfuerzo con creces. Saldremos de O Cebreiro por el arcén de la carretera que se dirige a Triacastela o tomando la senda que hay a su izquierda. Elegiremos preferiblemente la segunda ya que su entorno es mucho más atractivo pese a tener que sortear algún pequeño desnivel por ella. Justo para llegar a Liñares tendremos que tomar un descenso, para después cruzar la localidad y seguir por el asfalto hasta alcanzar el alto de San Roque ascendiendo. Allí encontraremos un gran monumento al peregrino, y justo después habrá que tomar la pista de la derecha, acondicionada a la perfección, y llegaremos a Hospital da Condesa, pueblo típico de vaqueros. Seguiremos el desvío a Sabugos y Temple para llegar a Padornelo, conocido como el reino de la piedra y las losas de pizarra, de gran belleza y carisma. Saldremos y nos toparemos de pronto con una gran cuesta, que gracias a Dios es breve, y llegaremos al Alto do Poio, donde disfrutaremos de unas grandísimas vistas. Poniendo rumbo a Fonfría por la LU-633 volveremos de nuevo a la senda para llegar a O Biduedo tras casi dos kilómetros y medio. De ahí comenzaremos el descenso hacia Triascastela, el cual pasará antes por Fillobal. Llegados a este punto, cruzaremos la carretera para seguir descendiendo y volver a cruzarla y volver a meternos entre los árboles. De ahí pasaremos a Pasantes, conocida por sus frambuesas, y la aldea de Ramil. Por fin, habremos llegado hasta Triacastela, con un albergue público por si el descenso nos ha fatigado y necesitamos descansar aquí. Si seguimos con fuerzas, nos faltan nueve kilómetros para llegar a Samos, en un recorrido que transcurre entre atajos que hace sortear las muchas vueltas que da la carretera. Pasaremos junto a San Cristóbal, Lusio, Renche y San Martín del Real, descendiendo continuamente hasta llegar por fin al precioso Monasterio de Samos.