Samos - Portomarín

Samos

Si hemos conseguido dormir en el Monasterio de San Julián de Samos es obligatorio recorrer cada centímetro posible, ya que todos sus rincones poseen un valor cultural e histórico enorme. Podremos visitar su Iglesia abacial barroca, del siglo XVIII, con sus impresionantes retablos, así como los dos Claustros (el grande y el pequeño) con sus jardines y su arquitectura peculiar del gótico tardío. La Capilla del Ciprés pone la guinda con su belleza mozárabe, un contrapunto perfecto para un patrimonio de gran belleza. Una vez recorrido al completo y vista la localidad también, pondremos rumbo a Portomarín, una etapa larga y exigente para la que conviene estar bien preparado.

Portomarín

Una vez llegados a Portomarín bajaremos la cifra de los 100 kilómetros de distancia de Santiago de Compostela, pudiendo descansar en un emplazamiento de gran belleza paisajística. Actualmente, el Portomarín que conocemos es muy distinto al asentamiento de la edad Media del que proviene, ya que este se encuentra actualmente sepultado bajo las aguas del río Miño. Buena parte del antiguo emplazamiento fue transportado durante la década de los 60 a un lugar más seguro donde no tuviera que sufrir por los numerosos desbordes. Así pues, todavía podemos encontrar su iglesia-fortaleza de San Nicolás, un ejemplo de románico lucense que fue traído piedra a piedra a su nuevo emplazamiento. Además, también cuenta con la iglesia de San Pedro, el Pazo del Conde Da Maza y el de Dos Pimentales, los cuales también se subieron a la nueva ubicación. Podremos visitarlos antes de partir en lo que será otra etapa larga y dura en plena montaña gallega, mientras nos acercamos cada vez más al destino final que es Santiago.

Itinerario

Pasaremos igual que entramos por la carretera que nos conducirá hasta Teiguín, y allí cogeremos una pista a la derecha por donde atravesaremos Pasáis y Perros. Entonces llegaremos a Sarria, municipio que tendremos que pasar por su casco viejo para salir por el medieval Ponte Áspera cruzando el río Pequeño, un afluente del Sarria. Tras unos prados tendremos que pasar bajo unas vías por un viaducto, y después llegar a un repecho bastante considerable con castaños de gran tamaño que nos rodean acompañándonos. Subiremos hasta As Paredes y seguiremos la pista vecinal que nos llevará a Vilei, con su escultura a Germán Arias. Volveremos por pista asfaltada para alcanzar la parroquia de Barbadelo, de la cual hay muy cercano un albergue de peregrinos. Tendremos que seguir por la vía asfaltada y atravesar las aldeas de Rente y Mercado Da Serra, situada en el cruce de la LU.5709. A partir de aquí cambiaremos de perspectiva cogiendo un corredor arbolado que nos llevará hasta el Molino de Marzán. Tras girar a la derecha cruzaremos de nuevo la carretera para llegar a Leiman. Pasaremos Brea, donde veremos el Mojón 100,5, lleno de piedras, el cual indica que ya faltan menos de cien kilómetros para acabar. A menos de un kilómetro estaremos en Morgade, y siguiendo la senda un kilómetro más llegaremos a Ferreiros, y en menos de un kilómetro a Mirallos. Admiraremos la Iglesia románica de Santa María, y poco después de atravesar varias villas como A Pena, Couto, Rozas y Movimentos sin demasiados cambios en el trayecto, nos encontraremos en Mercadoiro. Ahora notaremos un cambio, ya que pasaremos a pista asfaltada y tendremos que subir unas cuantas cuestas que nos exigirán algo de esfuerzo. De ahí bajaremos a Parrocha y Vilachá. Nos encontraremos con un muy brusco descenso con el que daremos con el río Miño, por donde atravesaremos el puente para acercarnos por fin a Portomarín.

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