El Camino de Santiago es toda una experiencia, pero no siempre es confortable para todos. A pesar de que cada día hay mejoras como el acceso a internet en los albergues que cuentan con wifi gratis, o los baratos menús del peregrino, también hay dificultades como elegir el calzado adecuado antes de ponernos en marcha. Aquí van nuestras recomendaciones
TIPO
¿Puedo estrenar calzado? No, nunca es una opción. Si no tienes botas cómodas, lo mejor será comprarlas con toda la antelación posible para hacerte con ellas y evitar apariciones de las molestas ampollas nada más empezar. Pero ¡ojo! Han de cumplir algunos requisitos:
- Resistencia a la lluvia. Seguro que llegando a Galicia te cae algún chaparrón. ¿La solución? Calzado impermeable.
- Suela dura, buena sujeción, lengüeta acolchada y que agarre bien al suelo.
- Peso medio. Sí, tienes esas botas de toda la vida que nunca te han fallado, pero pesan un quintal… Error. Llevar algo un poco más ligero hará más fácil tu camino. ¡Recuerda que andarás muchas horas!
- Talla adecuada. Si es demasiado grande, te acabará rozando, y si es demasiado pequeña, te apretará. Busca tu medida ideal, teniendo en cuenta el calcetín.
PRECIO
No te dejes engañar, no existe buen calzado por menos de 40 euros. Lo demás sirve para excursiones puntuales, pero no para semanas caminando. Hay un gran rango de precios, por lo que te recomendamos que lo adaptes al uso que les des. Algunas marcas referentes son Salomon o The North Face.
USO
Lo ideal es dejar respirar tu pie, pero también tu calzado. Habrá etapas de seis horas, por lo que deberías llevar otro calzado para después. No está de más llevar un par de sandalias o zapatillas cómodas que no ocupen mucho espacio en la mochila.
En definitiva, tómate tu tiempo, pero recuerda que lo mejor para el Camino de Santiago es sentirse cómodo, ligero y resistente. ¡Buen camino!