Rabanal del Camino - Ponferrada

Rabanal del Camino

En Rabanal del Camino confluye la tradición más puramente maragata, que ha sido durante muchos años el lugar de muchos arrieros muy acomodados y ricos en los siglos XVII y XVIII. Además, tiene un pasado medieval muy interesante, ya que desde el inicio fue una parada jacobea muy frecuente, mencionada como final de la etapa 9 en el IX Codice Calixtinus, el cual se considera como una de las primeras guías del Camino de Santiago. También fue en esa época una parada frecuente de los Templarios de Ponferrada, que utilizaron este pueblo como una avanzadilla y defendían a los peregrinos que avanzaban por los Montes de León. Ahora es una villa muy pequeña pero muy acogedora, fiel a su tradición jacobea, con hasta cuatro albergues donde poder pasar la noche y muchas posadas donde comer el cocido maragato que es famoso en esta región. Esta etapa es muy exigente, ya que tanto la subida a Foncebadón como la bajada hasta Ponferrada harán sufrir a nuestras piernas. Llegaremos al techo del camino a unos 1.500 metros de altura, para después descender hasta los 500, una diferencia que en una etapa con más de treinta kilómetros notaremos mucho.

Ponferrada

Ponferrada tiene su origen como consecuencia del Camino, ya que fue un asentamiento clave para muchos peregrinos que fue posteriormente tomando forma. A partir de un puente sobre el río Sil y su iglesia románica en el siglo XII fueron uniéndose señores feudales con muchas de sus casas consolidando un barrio que creará la ciudad de Ponferrada. De aquellos tiempos queda un gran vestigio que sobresale sobre todos los demás, que es la gran fortaleza de los monjes Templarios, los cuales tuvieron aquí un punto de actividad muy importante en un enclave que se convirtió de gran relevancia con el tiempo. Prácticamente toda su estructura se conserva intacta, y se puede recorrer ya que ha sido recientemente rehabilitado. Además posee muchos otros bienes de interés cultural como la Iglesia de Santiago de Peñalba de arquitectura mozárabe, sus calles del casco antiguo como la 'Calle del Reloj', o la casa Consistorial de estilo barroco. A las afueras podremos encontrarnos con el Monasterio de San Pedro de Montes o la Iglesia de Santo Tomás de las Ollas. Además, la ciudad está rodeada por parques en los que poder descansar y tomar algo al aire libre, disfrutando del entorno urbano de una forma diferente. En la población podremos encontrar varios albergues y muchos servicios para cualquier cosa que necesitemos.

Itinerario

Saldremos de Rabanal del Camino tomando una pista entre los piornos. Pasaremos junto a una fuente abrevadero y empezaremos la subida a Foncebadón, un pueblo resucitado con los años por el Camino de una gran inactividad. Llegaremos a los casi 1.500 metros de altura, que finalmente alcanzaremos con una pequeña subida más hasta la Cruz de Ferro. Tomaremos una senda paralela a la LE-142 y nos plantaremos en el refugio de Manjarín, donde podremos descansar o pasar la noche en su albergue si fuera necesario. Seguiremos el itinerario paralelo a la carretera todavía llaneando bastante, pasaremos una Base Militar y tras más o menos un kilómetro empezaremos con el descenso, bastante exigente, por lo que deberemos de estar preparados ya que hasta el Acebo no tendremos otra población. El verdadero problema del descenso, no obstante, es que la senda es pedregosa, lo cual nos exige mayor concentración y tensión muscular para no caernos. Unos siete kilómetros y estaremos en Acebo, un núcleo en pleno descenso donde podremos comprar bocadillos o comer en su mesón, así como ir al albergue si necesitamos descansar. Cogeremos la propia carretera asfaltada, ya que se nos hará más fácil de transitar, y después de unos dos kilómetros retomaremos la senda para poder llegar a Riego de Ambrós. Este municipio tendremos que cruzarlo entero por su centro, volviendo de nuevo junto a la carretera tras el arroyo de Prado. Poco después tendremos que desviarnos de nuevo para un descenso bastante tortuoso, que notaremos con el tiempo y nos desgastará. Llegaremos al arroyo de la Pretadura y volveremos a desembocar en la LE-142. Siguiendo la carretera llegaremos al puente del Meruelo, por el que pasaremos a Molinaseca, población en la que encontraremos albergues, bares, tiendas y cajero para sacar dinero. Habrá que cruzarla para llegar de nuevo a la LE-142, la cual dejaremos por un camino que pasa avanza unto al Meruelo, rio que anteriormente hemos cruzado. Aquí ya no deberemos seguir por el paseo, sino que tendremos que desviarnos para llegar hasta Campo por varios toboganes, los cuales nos harán mella de nuevo en las piernas. Pasaremos esta población con una ermita e iglesia parroquial muy bien conservadas para finalmente cruzar el río Boeza y avanzar salvando unas vías hasta el final de esta muy larga etapa en Ponferrada. Ahora toca descansar en este municipio como bien se merece.

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