El Camino de Santiago es una de las experiencias más bonitas que se pueden realizar en la vida, así lo afirman aquellos peregrinos que ya han disfrutado de él. En sus comienzos se trataba de un viaje religioso, pero en la actualidad multitud de personas lo realizan con diferentes fines que se alejan del culto. ¿Con qué fin lo vas a realizar tú?
Como toda ruta senderista que se precie, el Camino de Santiago tiene una dificultad intrínseca que demanda que el viajero tenga un cierto nivel de experiencia para poder realizarlo. Sin embargo, existen diferentes rutas que son más fáciles que otras. Si estás pensando en adentrarte en la experiencia del Camino, pero no tienes mucho nivel, aquí te mostramos cuál es el más fácil.
Qué ruta elegir
Es amplio el abanico de rutas que se presenta para realizar el Camino. Difieren por el origen, el número de kilómetros diarios o de si recorre el interior o la costa, principalmente. Analizando todos los detalles como cantidad de kilómetros o desnivel y estado del firme del camino, la ruta elegida para principiantes debe ser el Camino Portugués.
Descubriendo el Camino Portugués
Como ya habrás deducido, se denomina Camino Portugués porque su origen se encuentra en Lisboa. Su señalización es una de las más claras de las que podrás encontrar dentro de todas las rutas existentes. Los albergues dispuestos en la ruta es desigual: entre Lisboa y Oporto no encontrarás albergues tal y como los conocemos, por lo que te tendrás que alojar en cuarteles o posadas. Sin embargo, una vez pasado Oporto, son numerosos los albergues que se encuentran en el Camino.
El Camino de Santiago es una experiencia que todo el mundo debería realizar una vez en la vida. Opta por esta ruta de dificultad media-baja y disfruta del viaje. ¡Buen Camino, peregrino!